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En la escuela de la vida
Me enseñaron a pensar
En la ida y la venida
Del diario deambular.
Me sentí sobrecogida
Cuando quise analizar
La realidad, que abatida,
Tuve sola que afrontar.
¿De qué sirven los dolores
Que se sienten al pasar,
Como fétidos olores,
Por la vida sin parar?
Nada ayudan en la zaga
Cuando se quiere llegar
A la comprensión que haga
De este mundo un anhelar.
Y, ¿es que pensé en anhelar?
Curiosidad que enmudece
Cuando se quiere lograr
Amor que desaparece.
Si lo pudiera alcanzar,
¿qué no daría mi alma
Por poderlo acurrucar
En la ilusión de la calma?
Sigo pensando en la vida
Que se esfuma en un mirar
Con la angustia que torcida
Mató el ansia de anhelar.
Ana María Alvarado
Johnsonburg, NJ
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Localidad: Argentina
Seccion: Cultura
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